sábado, 7 de abril de 2012

Escrito Dos

Alice en esta noche, sentía que el mundo se le desmoronaba, puesto que ella conocía muy bien a karo, en una

vida pasada, había prometido su amor a aquel Hombre y aquella visión no era más que la confirmación de

una antigua herida perdida en las profundidades del alma de Alice.

-No me amo nunca- pensó la misteriosa pequeña.

Entonces dejo la aquellas ramas, nadie sabía de su existencia así que hizo un pacto por su alma.

La luna estaba en lo mas alto del cielo, y brillaba peculiarmente esa noche, la oscuridad había echo por

primera vez, el Bosque un lugar inhóspito.

La niebla alcanzaba a tocar cada respiración, cada respuesta hacia emerger el aliento congelado de la

pequeña.

Y a lo lejos....

Un Lobo.

Cantándole a la Luna, o Tal vez, Llorando, Sabiendo que el adiós era definitivo.

Los ojos de la pequeña cambiaban y ella lo notaba de apoco en el camino, había un pequeño estanque de

agua muy clara a pesar de la oscuridad de la naturaleza nocturna, al asomarse lograba apreciar su reflejo tan

claro como el día y pudo apreciar de nuevo las ganas de renacer, un fuego invadio su alma desde la mas

pequeña célula,  Un pacto de sangre-

Tomo una daga la pequeña, y corto en forma lateral su mano derecha y frente a la Luna y su reflejo, prometio

y Juró a la Dulce Luna

Que ella ya no sería la Misma de antes

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